El día uno de julio iniciamos viaje a Rumanía un grupo de veintisiete personas. Nos recogió Cristina, guía de la agencia, para iniciar el viaje. Llegamos al atardecer, donde nos esperaba un guía local de origen argentino. Nos hizo una turné general por la ciudad, nos llevó al hotel y cenamos en un coqueto restaurante.
Al día siguiente comenzó lo bueno. Nueva guía, HELENA, mejor imposible, todo los compañeros terminaríamos haciendo mil alabanzas por su buen hacer en todos los aspectos. Ya la conoceréis mas adelante. Con Helena volvimos a visitar la ciudad, nos llevó a las oficinas de cambio y nos mostró algo impresionante: El Parlamento Rumano, mandado erigir por Nicolae Ceausescu.
Este primer día fue el recorrido mas largo, ya que nos tuvimos que trasladar desde Bucarest, al sur del país, hasta Suceava, que esta al norte. Hicimos parada para comer en un restaurante, que está justo al lado del Monumento a las Caídos en la Primera Guerra Mundial.
Llegamos a nuestro destino al atardecer. Hotel Balada, bueno, aunque con demasiadas barreras arquitectónicas. Prácticamente en el centro de la ciudad. Dos noches. El día siguiente, visitamos la Iglesia de San Jorge o San Juan el Nuevo y los dos primeros monasterios de la Bucovina: Agapia y Varatec.
En el de Varatec, pudimos ver la tumba de una escritora rumana Verónica Micle
Por la tarde la fortaleza de Suceava y uno de los símbolos de Bucovina.
Al día siguiente abandonamos el hotel, con destino a uno nuevo, el Gerald de Radauti, la distancia era corta, pero fue un día dedicado a visitar las famosos monasterios de Voronet, Humor, Moldovita y Sucevita, con sus iglesias pintadas por dentro y por fuera. Para mi, fue lo mejor del viaje, una autentica maravilla y con una simpática anécdota, no se podía entrar con pantalón corto y hubo que solucionarlo. Este fue el resultado:
HELENA, aquí os la presento, nos explico exteriores e interiores con detalle, con gracia y sabiduría.
El día cinco abandonamos el hotel para trasladarnos a Targu Mures, si bien antes visitamos Bistrita y el Hotel Golden Krone, mas conocido como Hotel Drácula. Preciosos paisajes. Incluso bajamos a visitar a Drácula en su tumba, no vi nada, pero me «descojoné» riendo.
Llegamos a Targu Mures y nos alojamos en el Grand Hotel, posiblemente uno de los mejores y situado frente al Ayuntamiento, precioso. Nos llevó HELENA a visitarlo y nos hicimos una fotografía en grupo.
También visitamos su ciudadela medieval y al día siguiente iniciamos viaje con destino a Brasov, visitando en el recorrido las ciudades de Biertan y su fortaleza, a la que había que subir a través de una escalera de madera de infinitos escalones.
De Biertan a Sighisoara, donde comimos en el restaurante que lleva el nombre de Drácula, visitamos el centro de la ciudad, dominada por al Torre del Reloj, desde la que se contemplan bellísimas panorámicas.
Continuamos nuestro viaje con destino a Poiana Brasov, una zona residencial con un bello hotel, el Alphine, pero curiosamente en el que hubo pequeños problemas, ya que a mi me dieron una habitación que ya estaba ocupada y además algo descuidado en limpieza, pues algunas habitaciones no las atendieron debidamente, pese a todo hay que decir que está situado en lugar privilegiado.
Antes de llegar al destino, hicimos una visita a la gran ciudad de Brasov, pues nuestra guía decidió, que la visitáramos aquella tarde, por temor a que al día siguiente se anunciaban lluvias.
No se cumplieron los pronósticos y pese a la amenaza de lluvia, volvimos al día siguiente. Por la mañana visitamos el Castillo de Bran o Castillo de Drácula, lo mejor el enclave del mismo. La visita interior fue subir y bajar cientos de escalones, para visitar habitaciones y dependencias amuebladas con finalidad turistica, al igual que los exteriores, en los que había montones de tiendas de souvenirs.
Regresamos para comer en un bello restaurante cercano al hotel. Allí tuvimos oportunidad de celebrar el cumpleaños, 75, de una buena amiga.
Después de comer regresamos a Brasov. Tuvimos ocasión de pasear por una bella y cuidada ciudad, visitar la Iglesia Negra, ver actuaciones de grupos de baile, incluso asistir a una boda griega.
El viaje se nos acaba. Hay que regresar al Hotel Capital Plaza, el mismo donde nos alojamos el primer día. Aún nos queda algo por ver. El día amanece lluvioso, hoy si se cumplen los pronósticos, pese a la lluvia visitamos Sinaia y el Castillo de Peles. Fue construido en la época del rey Carlos I de Rumania y se convirtió en uno de los monumentos más importantes de Europa del siglo XIX. El castillo de Peles fue el primer edificio de Europa en tener electricidad y ascensor. Pese a la lluvia, disfrutamos de sus bellezas exteriores e interiores.
No podía faltar despedirnos con la visita a un bello monasterio, el de Sinaia. Primero visitamos el antiguo y frente a él, el más moderno.
Nos despedimos de Sinaia y el día continúa lluvioso.
Antes de llegar al hotel, HELENA, nos lleva a visitar el Museo al aire libre de la ciudad. Tenemos suerte, no llueve y podemos darnos un paseo por el mismo.
El viaje finaliza. Llegamos al hotel y nuestra encantadora guía se despide de nosotros, nos deja en manos de Cristina. Hay que decir que el chofer que nos ha llevado por todo el recorrido, SIMEÓN, ha sido también encantador, atento, servicial, prudente, aunque no hablase castellano, conocía nuestros gestos y siempre sabía lo que necesitábamos.
¡¡¡ UN FUERTE APLAUSO PARA LOS DOS!!! Gracias Helena, gracias Simeón.
A Cristina la volveremos a ver, casi seguro. Ha sido nuestro coche escoba, siempre pendiente de que nadie se pudiese despistar. Para ella un aplauso no, UN FUERTE ABRAZO.
¡¡¡Ah!!! no se me puede olvidar, gracias a todos los compañeros, todos fenomenales. A vosotros espero abrazaros a menudo, como soy muy despistado cuando me veáis, avisarme, seguro que yo ni me doy cuenta. Os abraza a todos Ginés.