Vie. Abr 19th, 2024

 

A las 7 h 30 min. de la mañana del pasado sábado dejábamos Málaga bajo una persistente lluvia, la cual nos acompañó durante todo el viaje. Se fue convirtiendo en llovizna cuando paramos para desayunar en los Abades de la Roda y al llegar, paseamos de paraguas –cerrados- por Écija, con momentos en que los que apetecía abrirlos para usarlos de sombrillas. Y a la largo de la mañana

fuimos enterándonos de las inundaciones de Málaga.

En la estación de autobuses nos esperaba la guía local, que al igual que la patrona de la localidad, se llama Valle. Historiadora que nos acompañó durante toda la mañana mientras nos enseñaba, con mucho conocimiento de la historia y del arte de la ciudad de Écija, los principales monumentos.

Nos hizo un recorrido histórico de Écija desde Roma al siglo XIX, con especial detenimiento en el museo arqueológico (palacio de Benamejí) y en sus mosaicos romanos, así como en el magnífico (falto de restauración) palacio barroco de Peñaflor o el palacio de enfrente, de Valdehermoso con su excelente fachada plateresca. Además de los numerosos palacios, recorrimos un mayor número de iglesias, de las que siempre hay que destacar sus pintorescas torres-campanarios de estilo barroco donde combinan el ladrillo con los azulejos azules tan característicos de Écija.

De las iglesias visitadas hay que resaltar la de San Juan, con la mejor torre de la ciudad y lugar donde fue bautizado el escritor Luis Vélez de Guevara. Recordaremos iglesia de la Santa Cruz, iglesia con una zona edificada y el resto en estado ruinoso (en su patio norte se encuentra unos arcos mudéjares con capiteles visigodos) pero, en cuyo interior puede observarse el magnífico sarcófago de tiempos de los visigodos, con escrituras en letras griegas y que, actualmente, sirve de altar de la iglesia.

En lo que fue el foro romano de la ciudad, se encuentra hoy la atractiva plaza de España, más conocida como el “Salón” , donde se encuentran las casas “miradores” (para ver los festejos que allí se realizaban) de los principales linajes del XVIII.

Valle, nos acompañó al restaurante “Platería”, lugar en que comimos bastante bien y tras ello, un paseo, unas compras (principalmente dulces) y vuelta a Málaga.

Por Casyufera

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