Senderismo desde la barriada de Los Prados a Cortijo de Trevenes
De 10 a 12 Kilómetros aproximadamente.
Salida: a las 10.30 desde la barriada de Los Prados. Hay que coger el autobús 24…
Eso dice la nota que nos dieron al iniciar la ruta anterior, la que hicimos a la desembocadura del Guadalhorce. Efectivamente, en la última parada del 24 nos está esperando Conchi, que nos señala en su listado según vamos llegando.
Es una hermosa mañana de abril, de cielo azul radiante, con pocas nubes, y un sol que levanta el ánimo.
Cuando parece que no se espera a más senderistas comenzamos la caminata. Una cuesta leve, una curva, un sendero y ya estamos abandonando Los Prados. Poco después dejemos atrás San José del Viso.
Ningún sendero, ninguna vereda está señalizada. Son muy estrechas y hay varias que se cruzan. Mi único punto de referencia conocido es el aeropuerto: despegan y aterrizan continuamente aviones delante de mi vista. Así que estaremos yendo hacia el oeste de la capital. Otro punto de referencia: la autovía que se ve y se oye a la derecha.
Qué verde está el campo, cuántas flores silvestres, cuántas margaritas. Me gustaría contemplarlo más despacio, pero no puedo perder al grupo, que camina a buen paso. Una casa grande en ruinas, un caballo que nos mira con indiferencia, un arroyito que salto con dificultad porque soy más bien patosa manteniendo el equilibrio (siempre hay un compañero dispuesto a servir de apoyo).
A la hora y pico, un alto y un refrigerio, cada uno lo que lleva. Ahora sí que puedo disfrutar mejor del paisaje. No reconozco la mayor parte de los edificios que se ven no demasiado lejos, pero veo que hemos dejado atrás, a la derecha, la conocida silueta de la Iglesia del cementerio. Unas charlas, alguna foto, y continuamos el camino. Retrocedemos. Ahora tenemos la autovía a la izquierda, y mucho más cerca. Se puede leer la identificación de algunos edificios: estamos a la altura de la Universidad.
Siempre parece más corto el camino de vuelta. Nadie se queda atrás. Pasada la una de la tarde alcanzamos la parada del 24. Antes de coger el autobús, una cervecita con las amigas.
Ha sido una ruta agradable, fácil de recorrer desde Málaga, sin gastar un euro, y en un día de primavera malagueña. Un pequeño regalo de los que hace la vida gratis a quien sepa saborearlo.