LOS ORÍGENES DE LA CIUDAD DE MÁLAGA: COLONIZACIÓN FENICIA Y ASENTAMIENTOS INDÍGENAS.
RESUMEN DE LA CONFERENCIA IMPARTIDA POR PEPE SUÁREZ, ARQUEÓLOGO, EN EL CPA MÁLAGA-PERCHEL EL 5 DE JUNIO.
Desde finales de la Prehistoria, la Bahía de Málaga se convirtió en un punto idóneo para el establecimiento de relaciones entre los grupos indígenas y los navegantes procedentes del otro Extremo del Mediterráneo: los fenicios.
La arqueología ha demostrado en fechas recientes que desde finales del siglo IX a.C. ya se venían realizando contactos sistemáticos entre ambas comunidades. En esa época, el entorno del actual aeropuerto correspondía a un paisaje conformado por el amplio estuario navegable del río Guadalhorce, dentro del cual se localizaban una serie de islas. Una de ellas se convirtió al poco tiempo en una colonia fenicia, con su urbanismo conformado a base de calles y edificios de planta rectangular, con varias habitaciones. Se trataba de una forma de construir inédita en la Península Ibérica hasta entonces. En Málaga se localizan los más antiguos testimonios de actividades desconocidas en nuestras tierras hasta entonces: escritura, torno de alfarero, metalurgia del hierro…Este yacimiento se conoce como Rebanadilla, y contaba con una espectacular necrópolis en San Isidro.
El proyecto colonial y las relaciones con la población autóctona fueron un éxito. En breve, el primer asentamiento se amplió hacia otra isla situada más al Sur, el Cerro del Villar, y poco después se fundaría, ya en la desembocadura del Guadalmedina, la ciudad púnica de Malaka. Esta última, génesis de la urbe actual, se localizaba desde la falda sur de la Colina de la Alcazaba hasta las inmediaciones de la actual Catedral. Contaba con impresionantes murallas, parte de las cuales se conservan hoy día en los sótanos del Museo Picasso.
La pujante ciudad contó con un importante puerto, al que accedían representantes de las mas importantes ciudades de la época, especialmente de la griega Focea, que capitalizaba el comercio del Mediterráneo central en esas fechas. El éxito de estos contactos comerciales se plasma en la existencia en el perímetro urbano de varios cementerios, con tumbas colectivas (hipogeos) o individuales, construidas con cámaras de piedra que albergaban los restos óseos de los personajes aquí inhumados, caso de los hallados en el Parking de Alcazabilla, Mármoles o el más reciente descubrimiento de Calle Jinetes. Estos individuos portaban joyas de oro y diversos adornos personales…Las tradiciones de la ciudad fenicia llegaron hasta época romana. La gente se seguía enterrando con rituales de tradición local, y en algunas cerámicas de finales del siglo I a.C. aún se han conservado grafitos escritos en escritura púnica, ya casi dos siglos después de la dominación de Roma…pero esta ya es otra historia.
Pepe Suárez