El pasado 27 de noviembre, en una mañana pasada por agua, cincuenta compañeros del Centro visitamos el museo Picasso acompañados por dos guías del mismo; y que nos ayudaron a “ver” con otros ojos al genio malagueño y después disfrutamos con el recorrido por nuestro pasado en su sótano.
La agradable guía que acompañó al grupo de 25 personas en el que yo iba, se detuvo en algunos cuadros en concreto pidiendo opinión sobre los mismos y realmente es sorprendente las cosas que cada uno decía ver en ellos. Bastantes coincidencias en una de sus primeras obras (retrato de su hermana con un muñeco, realizada cuando el pintor tenía 14-15 años) y las más variadas “visiones” en las muestras cubistas y sobre todo en las correspondientes al final de su vida, pues ante una serie de trazos coloristas la imaginación se disparaba, unos veían la montera de un torero, otros un sombrero, unas manchas de pintura de colores… todo era válido para interpretar la obra titulada “mosquetero con espada”. Parece la obra de un niño, pero imposible de ser realizada por un niño.
Al menos entendimos lo que, según nuestra guía solía decir Picasso “yo me dedico a pintar y el que vea y observe mis cuadros que los interprete” y de ese modo es comprensible que sus obras, incluidas las cerámicas, hayan cambiado de nombre en múltiples ocasiones en función del museo que las exponga.
Las fotos que se acompañan estas letras son del único lugar donde está permitido hacerlas, en el claustro. Aunque algunos nos quedamos con la intención de fotografiar el sótano del Palacio de Bellavista, en el cual los distintos estratos que podemos admirar nos cuentan buena parte de nuestra Historia (fenicios, romanos, griegos o del siglo XVI). Lástima que no puedan visitarse estos restos arqueológicos por separado del museo picassiano.
VISITA GRACIAS A LA PROPUESTA EDUCATIVA QUE EL MUSEO PICASSO HA DISEÑADO CON EL OBJETO DE POTENCIAR LA INCLUSION Y LA ACCESIBILIDAD REAL DE TODOS AL ARTE Y LA CULTURA EL PROGRAMA CUENTA CON LA COLABORACION DE LA FUNDACION “LA CAIXA”
F.R.C.