El pasado jueves 26, partimos 52 miembros de la Asociación, acompañados por Carmen, para hacer una visita al Certamen Flora en Córdoba. Realizamos una parada para desayunar en el Caserío San Benito. Llegamos a nuestro destino a la hora prevista, donde nos esperaba Elena, que sería nuestra joven y guapa guía. Visitaríamos, durante la mañana, los seis patios que participan en el certamen y que este año tienen como tema de inspiración la palabra «JUEGO».
El primero de ellos fue el del Patio del Reloj de la Diputación. Su autora Natalia Zhizhko, de nacionalidad rusa. Lo podríamos titular «Un canto al Sol»
La segunda visita fue al Palacio de Viana, donde el artista chino Sherlovell Yu, nos sorprendía, en el Patio de las Columnas con su «juego». Consistía en un canto a la luz, el color y al sonido del agua.
En este lugar aprovechamos su amplitud para realizar una foto del grupo (yo no estoy).
Además, unos compañeros disfrutaron haciéndose una foto enmarcados con el recuerdo de Flora.
Comentando la belleza del patio y después de haber disfrutado de todos los patios del Palacio de Viana, así como de alguna de sus dependencias, partimos en busca de nuestro tercer objetivo. Palacio de Orive. Aqui la cordobesa Lola Guerrera, nos va a sorprender. Por lo oído, ella no es florista, creo que es diseñadora, pero eligió como «juego» algo muy actual, el miedo a la caída de un meteorito. Su material: tierra, musgo, plantas aromáticas. Sus flores realizadas con hojas secas, con las que revivió la caída de un temido meteorito, incluso con ellas fabrica animales como tarántulas y libélulas.
Continuamos nuestro caminar a buen ritmo, pues aún nos quedaban tres patios por visitar. Cruzamos la Plaza de la Corredera lugar donde, antaño, se celebraron justas y corridas de toros. Solo tuvimos el tiempo justo de hacer una foto.
Nos esperaba el japonés Hideyuki Niwa en la Posada del Potro. Era el segundo premio del certamen. Su «juego»: Ponga Usted el Título. Su material cañas rojas y un solo tipo de flor (me perdonáis, pero no me sé el nombre). El resultado, aquí lo tenéis.
¡¡¡Vamos, vamos!!! nos dice Elena, pero nuestra Carmen le responde: «espera, que nos faltan algunos». No, no se habían perdido, fueron listos, se habían perdido para refrescarse con una cervecita, pues hacía calor.
Nuestro penúltimo objetivo era el Museo Arqueológico. Allí nos esperaba Carly Rogers. Su guiño o «juego» era hacernos recordar un jardín británico en época otoñal. Una gran mole de tierra con plantas, arbustos, y por supuesto flores. Su gran mérito ha sido mostrarnos algo, partiendo de la base, que ha sido el artista que menos tiempo ha tenido para la elaboración. El resultado aquí lo tenemos.
Seguimos caminando hasta llegar al patio de la Escuela de Arte Mateo Inurria. Estamos ante el primer premio del certamen. Su «juego»es el más apropiado: Jardín Infantil Abandonado.
El autor, el belga Mark Colle, nos ha transportado a un parque infantil ambientado incluso con el sonido de niños jugando. Pensamos que estábamos en realidad en el patio de un colegio con el griterío infantil. Atracciones de todo tipo. La flor dominante, la hortensia. Todos esperábamos ver a los niños jugando.
Se han acabo los Patios de Flora. Es la hora de comer. El lugar la Posada del Caballo Blanco ubicada en el Barrio de San Basilio.
La comida y el servicio, casi mejor no hablar. Había pensado decir la socorrida frase de «ni fu, ni fa», pero habría sido demasiado generoso.
Nuestro viaje se acaba con la visita al Alcazar de los Reyes Cristianos. Pese al cansancio, pues habíamos caminado mucho durante la mañana; algunos, hasta subimos a las torres para contemplar desde allí bellas panorámicas de los jardines, la Escuela Ecuestre y toda Córdoba.
Acabo con un saludo a todos los compañeros. Espero que os haya gustado. Un abrazo muy grande para nuestra guía, que nos hizo correr, pero era el único modo de que nos diese tiempo a verlo todo; además, ella quería que rebajásemos nuestros indices de glucosa y colesterol. Otro abrazo para nuestra Carmen, muy pendiente de todos y de todo y deseándole pronta recuperación, no del viaje, sino de su problema médico.
Autor: Ginés Collado