Día 15 de junio 2019, hoy a las 8:00 horas salimos desde c/ Góngora, 52 compañeros “34 mujeres y 18 hombres” para realizar una bonita jornada de senderismo en esa playa maravillosa de Bolonia que está ubicada en el término municipal de Tarifa.
8:00 horas, después de cargar el autocar con las neveras, sillas de playa, sombrillas y algún que otro chisme más, comenzamos el viaje con un día espléndido y con muchas ganas de pasarlo bien. A la altura de la localidad de San Roque paramos a desayunar en el Restaurante Bernardo Macías donde nos pusimos bien de zurrapa y demás cosillas, una vez terminado el desayuno, pusimos dirección a nuestro destino para llegar más o menos sobre las 11:45 horas. Los compañeros que iban a la playa pues a descargar todos esos chismes y a la playa, los que íbamos de senderismo pues a comenzar rápidamente a andar por esa playa maravillosa de Bolonia.
El sendero que intentaré describir es una de las rutas más bonitas que se pueden realizar en el litoral de Cádiz, por su belleza paisajística y porque transcurre en un paraje protegido prácticamente virgen dentro del Parque Natural del Estrecho.
Comenzamos a andar por esa playa maravillosa y, a la vez, dificililla para caminar porque te hundías en esa tierra tan finita así que a buscar la zona de la orilla que estaba más dura. Después de un rato anda que te anda, nos tropezamos con una zona de playa para nudistas ya verás las risas y el cachondeo de los compañeros/as al ver a toda esa gente en pelotas vivas, pero nada, nosotros/as muy prudentes seguimos caminando para llegar a una zona donde se acaba la playa y hay que subir por unos acantilados con unos caminillos llenos de raíces ¡coño! Había que andar con cuidado para no engancharse en ellas pero eso no le quitaba nada de belleza a esos caminillos serpenteando por las dunas. Después de un rato encontramos otra vez playa pero una playa que era un pedregal con las rocas sueltas y húmedas había que andar con cuidado.
Seguimos caminando y pasamos por una zona donde se podían ver algunas pateras ya destrozadas por el tiempo y los temporales y junto a ellas había una especie de cementerio con muchas cruces (supongo que sería algún homenaje a esos pobres que se ahogan en el intento de cruzar el estrecho).
Continuamos para llegar a un punto donde había que subir otra vez a las dunas y esa subidita fue jodidilla debido a que la arenilla estaba muy suelta y no había manera de subir, te resbalábas para abajo, al final se consiguió llegar arriba pero con el agua del radiador hirviendo, seguimos andando y entramos en una senda de mucha vegetación que hacía una especie de bóveda estrechita pero muy bonita, por ese lugar encontramos un rinconcillo precioso, paramos a tomar el pikislabis y desde donde teníamos unas vistas de impresión, se divisaban unas formaciones rocosas impresionantes por su belleza, así que aprovechamos y nos echamos un montón de fotos, como era un sendero circular nos dimos la vuelta para llegar al punto de partida. Al llegar nos tropezamos con los compañeros que se quedaron en la playa todos súper felices y disfrutando a tope de un bonito día de playa, pero era hora de comer así que vamos a ello.
Mi Andrés de Conchi, que es un interrogador consumado, le hizo el tercer grado a la chica del aparcamiento y sacó las siguientes conclusiones: el pueblo estaba en feria, en las ferias siempre hay casetas para comer jejejeje y también sacó en claro donde estaba ubicada dicha feria.¡ Pues vamos a la feria!, dimos con la pequeña feria y sobre todo con la caseta donde daban las comidas, la verdad, es que acertamos con irnos para allá, el sitio era muy fresquito y tranquilo, la cerveza helada y las tapillas buenísimas. Allí estuvimos casi hasta la hora del regreso con música en directo y todo jejejeje, a la hora de volver al autocar ¡hete aquí! Que Mi Andrés de Conchi sacó su lado de valiente e intrépido explorador; a la derecha vio un carril destrozado, estrecho y lleno de cagadas de vacas. Nos aconsejó seguirlo, el dice que las vacas nunca se equivocan de camino jejejeje y acertó el tío, en 3 minutos llegamos al autocar.
Llegamos al lugar donde estaba el autocar, cargamos todos los bártulos y a las 17:30 horas nos pusimos en marcha para casa.
El día que tuvimos fue tan bueno y tan clarito que, se divisaba la costa Marroquí perfectamente incluso algunas casitas se podían divisar en la lejanía.
Buen día de senderismo y playa en la naturaleza salvaje de este paraje, mejor día para la convivencia con los compañeros, senderismo con alguna dificultad y muchas risas por todo el camino. ¡¡Que más se puede pedir!!.
¡¡¡Hasta otro día compañeros!!!. A. Abu
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