En las fechas citadas estuvimops por la tierra del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, tierra donde la ficción es convertida en una realidad, pues vimos la casa de Dulcinea (El Toboso), la venta donde fue armado caballero don Quijote (Puerto Lápice) o donde habitó el caballero del Verde Gabán (Villanueva de los Infantes). Y, también Almagro, Viso del Marqués o el castillo de Calatrava la Nueva.
El pasado día 5, a las siete de la mañana salíamos 44 compañeros, con la puntualidad que ya es habitual en estas excursiones, con dirección a La Mancha. Paramos a desayunar en “El Torreón” (Albolote) donde recogimos a Rosa, nuestra amable y competente guía, que nos acompañó el resto del tiempo. Alrededor de las 11:30 h. estábamos viendo el palacio del marqués de Santa Cruz en el Viso del Marqués. Palacio renacentista con una escalera y unos corredores de la planta superior realmente impresionantes. En ese lugar se encuentra el Archivo de la Armada Española, rindiendo homenaje al más ilustre de los marinos españoles, copartícipe de la victoria de Lepanto y vencedor en la isla Terceira (Azores) contra fuerzas muy superiores en número y finalmente, fallecerá en Lisboa haciendo los preparativos de la Gran Armada de Felipe II.
Continuamos la visita por el santuario de las Virtudes y la curiosa plaza de toros cuadrada y, anexo a la plaza de esa localidad. Al terminar fuimos a almorzar al hotel donde nos repartieron las habitaciones.Sobre el hotel y la comida en el mismo, baste decir que estuvo todo bien, excepto el vino que era bastante malo, aunque el que nos regalaron al despedirnos es para recomendarlo como un buen vino de la D.O. La Mancha. Y el pan buenísimo, y las magdalenas del desayuno también muy buenas.
Por la tarde (16:30 h.) a Villanueva de los Infantes, población que recorrimos con un guía local. La calle Cervantes está llena de blasones nobiliarios y nos conduce a una magnífica Plaza Mayor con fachadas neoclásicas y una iglesia que más parece una catedral. Es la iglesia de San Andrés, que cuenta con un exterior con diferentes estilos arquitectónicos y un interior de tres naves de estilo gótico.
Esa noche tuvimos la suerte de conocer San Carlos del Valle con su porticada plaza Mayor y la iglesia, que amablemente su párroco nos permitió ver, pues estaba cerrándola en ese momento. Tanto la plaza como la iglesia son extraordinarias. Y al hotel para cenar.
Segundo día, el día de la Constitución Española. Desayunamos a las 9:30 h. y una hora después llegamos a Almagro. Empezamos visitando el convento de la Asunción, con su bien cuidado claustro. Y a continuación llegamos a la Plaza Mayor, que tiene su origen en la Edad Media con bastantes modificaciones posteriores. Típica plaza mayor castellana de soportales con columnas de orden toscano. Terminamos la mañana con una visita al Corral de Comedias con representación teatral incluida. Comimos muy bien (degustación de platos típicos manchegos y unas chuletas de cordero) en el restaurante “Calatrava” del mismo Almagro. Por la tarde fuimos a las Tablas de Daimiel e hicimos el recorrido de unos 2 km por la “isla del Pan”, donde pudimos ver diferentes especies de aves y una espléndida puesta de sol en este bello humedal. Y, vuelta al hotel para cenar y después un paseo y una copa por el pueblo de Almuradiel, aprovechando sus fiestas patronales.
El día 7 tras desayunar fuimos a Puerto Lápice con su famosa y gran posada donde pudimos contemplar una buena exposición de libros y grabados del Ingenioso Hidalgo; un rato por la plaza Mayor y salida para la localidad de El Toboso, lugar en que hay que destacar, además de su iglesia (gótica de tres naves de igual altura), el museo cervantino con una exposición de libros de Don Quijote en numerosos idiomas y dedicados por muchas personalidades españolas y extranjeras. Almorzamos muy bien en el restaurante Dulcinea en El Toboso. Y pasamos la tarde paseando por Almagro. De vuelta para cenar en el hotel nos regalaron 3 botellas de vino y un queso por pareja.
El día 8. Tras desayunar salimos para conocer el castillo de Calatrava la Nueva. Toda una ciudad situada en lo alto de un cerro y con una estrecho camino empedrado para la visita de Felipe II al lugar y que, con mucho valor, el conductor del autobús no llevó a la cima. De la visita a este castillo de la Orden de Calatrava salimos todos encantados y pareciéndonos muy corta. Al mediodía estábamos en Valdepeñas visitando el Museo del Vino, con degustación de un vino blanco y otro tinto, ambos muy buenos y, tras comprar, quién así lo hizo, vino y queso manchego con D.O. salimos para comer en hotel y a continuación regresamos a Málaga, donde llegamos a la de cenar.
FRC